Collapse into now. Time-zero.
Nick Land, Fanged Noumena.
Recientemente he leído el libro Heil hyperpop de Sebastian Schwaerzel y me ha resultado inevitable no pensar en autores como Nick Land y Mark Fisher, principalmente por dos motivos: el colapso y la melancolía hauntológica derivada de la música y la cultura pop.
Si bien es una obra corta, con apenas 76 páginas, logra criticar aspectos de la moda, la música, la cultura, la teología y la economía. Esta crudeza reflexiva me recordó al estilo de Henry Miller, quien sostenía que un autor debe escribir tal y como se habla en la cotidianidad, aspecto bien logrado en la obra de Schwaerzel, ya que todos los elementos mencionados recaen con un peso inevitable sobre los hombros del protagonista, un hombre moderno que vive con todas las contradicciones del mundo actual.
Parto entonces de la pregunta ¿qué significa hoy en día ser alguien en un mundo regido por la cultura pop y una aparente muerte espiritual? La verdad es que todo lo anterior influye, convirtiendo al protagonista en una especie de hombre acephálico-hauntológico. Es decir, un hombre con un pensamiento dicotómico con una personalidad solitaria, un gusto por la estética que me recuerda a los ideales de belleza de Mishima y una crisis religiosa que me evoca a reminiscencias del Le coupable de Bataille.
Esta compleja configuración alimenta el fantasma melancólico que invade al protagonista, quien expresa: “Ya no tengo mucho que hacer en casa y tampoco mucho dinero para encontrar algo que hacer. Tampoco tengo muchas razones para ganar dinero y encontrar algo que hacer.”[1]
Lo que me remite a la frase célebre: “La depresión es la melancolía sin sus encantos” de Susan Sontag. Esto no hace más que reforzar la actitud del protagonista en las páginas posteriores. Pues poco a poco, el recuerdo de su expareja, quien tenía una tendencia hacia temas espirituales, resuenan junto a otro aspecto del protagonista, la música. De hecho, el género predominante en todo el libro es el hyperpop, que actúa como un hilo conductor del ambiente cultural y emocional que atraviesa la narración del protagonista.
Ahora bien, ¿qué representan todos estos elementos para el protagonista?
Desde un primer vistazo, el lector nota que cada capítulo viene acompañado de una serie de cifras en euros que van desde 750,43 €, aumenta gradualmente hasta 4.325,21 € y finalmente declina hasta los 0,00 €. Lo que significa el colapso total del protagonista, llevándolo a una serie de eventos esquizofrénicos.
Sin hacer spoiler, esto es representativo, pues en un contexto real, tal y como se ha visto en los últimos años —más en la corriente aceleracionista—. Donde el progreso tecnológico se ve reflejado en la cultura: modas pasajeras, sustitución de la espiritualidad por la hiperstición (acenso de la creencia en la magia, el satanismo, la cultura cibernética y las teorías de conspiración) podrían ser atribuidas a un hombre esquizoide. [Sin embargo, por muy alocada que sean las ideas, algo tienen de verdad].
Schwaerzel nos advierte de eso al inicio de su novela con un estilo muy deleuziano-landiano: “Hardware obsoleto. Los órganos obsoletos se desintegran para mantener su interfaz utilizable. Todos los datos personales se borrarán en breve, por favor, reinicie el sistema con calibre >44. No se requieren permisos de administrador”[2].
Es decir, que, si fuera por el sistema, la raza humana ya no existiría. Al capitalismo no le conviene, hay que mantener a la maquinaria viva con mano de obra barata. Sin embargo, para los aceleracionistas más radicales, el sueño idílico es la aniquilación total y colapso de la economía. Aspecto que vemos reflejado en cierta manera con las cifras numéricas de cada capítulo del libro (Primero el aumento, luego el descenso).
Ya no se trata de la extrema derecha o la extrema izquierda, ni la pro-violencia como decía Mishima. Sino, que el orden natural de las cosas es el colapso total de la raza humana, la cual acelera a pasos agigantados de manera automática.
Este colapso total del protagonista y el ambiente cultural que lo rodea remiten perfectamente a la noción filosófica de Nick Land sobre el “Collapse into now” y el “Time-zero”. Estos conceptos describen un proceso aceleracionista en el que el tiempo y la historia se desploman abruptamente en un instante presente de transformación radical, un “colapso hacia ahora” donde la aceleración tecnológica y capitalista desintegra las viejas estructuras de sentido.
Este aspecto ha sido polémico para los lectores de Schwaerzel, no obstante, estén de acuerdo o no, es un hecho que los tiempos actuales son paradójicos, simulacrales, carentes de alguna espiritualidad específica. ¿En qué podemos creer? En todo caso, esto es un rizoma espiritual-ideológico, de allí el porque catalogo al protagonista como un ser acephalico.
Ahora, como último punto, ¿cómo relacionarlo con la hauntología?
Si bien fue a Jacques Derrida a quien se le atribuye el término hauntología, es Mark Fisher quien lo adapta de una forma más vívida, aproximando el término a la cultura pop y a la música particularmente.
Para Fisher la hauntología es el reconocimiento de la persistencia de fantasmas del pasado y futuros imposibles que afectan y moldean nuestra experiencia actual.
En la obra Heil hyperpop la música es clave, así como para Fisher el género Jungle es su forma de entender el pasado con elementos futuristas, para Schwaerzel lo es el hyperpop, el cual no se distancia demasiado del jungle, pues ambos retoman elementos del hip-hop, la música electrónica, etc. Y ambos representan en cierta forma la aceleración y deformación de lo que conocemos como humano, lo que repercute en la moda y la música.
Vivir rápido, morir joven. Pienso, por alguna [sin]razón, en la canción Kill your idols de Sonic Youth. ¿Tal vez el punto máximo de la trascendencia?[al menos simbólicamente]. No hay que olvidar que fue Bowie quien dijo que Hitler fue uno de los primeros Rockstars.
El final de la obra de Schwaerzel, me hace pensar en la sentencia: cuando más se oculta el pasado, más lastima cuando es expuesto.
En pocas palabras, Heil hyperpop no solo es una crítica aguda de la sociedad contemporánea y la cultura pop, sino también una meditación sobre el tiempo, la pérdida y el colapso inminente que define nuestra era acelerada y hauntológica.
Esta reflexión nos invita a considerar la urgencia de repensar qué significa ser humano en tiempos de hiperaceleración y posthumano.
[1] Hab nicht mehr viel daheim zu tun und nicht viel Geld, um was zu finden, was es zu tun gäbe. Hab auch nicht mehr viele Gründe, Geld zu machen, um was zu finden, was es zu tun gäbe. Sebastian Schwaerzel, Heil hyperpop, Edition Acéphale by CASTRVM, Viena, 2025, p. 22.
[2] Hardware outdated. Veraltete Organe werden desintegriert um ihr Interface nutzbar zu erhalten. Alle persönlichen Daten werden in Kürze gelöscht, bitte System mit kaliber >44 neustarten. Keine Administrator-Berechtigung erforderlich. Ibid, p.7.